La Paz Sin Paz
Dejándose llevar por el nombre, uno cree que De todos modos, el peor caos es vehicular. Además de ser muchos autos para pocas calles y muy angostas, utilizan la bocina indiscriminadamente para todo. No existe un solo minuto en el cual no se escuchen sonar al menos cuatro o cinco bocinasos. Otro tema los colectivos. Hay algunos muy antiguos y coloridos que los preservan a modo histórico, pero la mayoría son pequeños y con una sola puerta central sobre uno de sus lados. Tienen la particularidad de que casi ninguno tiene ni numero ni color que los identifique, todos son blancos y de marca japonesa, entonces: ¿cómo saber cual tomar? Muy fácil; el chofer solo se ocupa de manejar, lo que ya bastante complicado se le hace, y un ayudante a modo de guarda va colgado de la puerta gritando los nombres de las principales arterias que transita en su recorrido y los lugares mas importantes por los que pasa. Lo dice con una velocidad y una tonada que hasta prestando muchísima atención es muy difícil entender siquiera una palabra. Esta persona también se ocupa de vendernos el boleto y de marcarle las paradas al chofer.
Lo que si me sorprendió en buena forma fue la limpieza. Supuestamente estamos en el país más pobre y con menos desarrollo de Sudamérica, sin embargo es por lejos mas limpio que Buenos Aires. En las noches suele aparecer un poco de basura en las calles ya que los indigentes salen a revolver las bolsas que saca la gente en busca de comida, pero a la mañana siguiente todo desaparece. La limpieza es casi perfecta. Es lamentable por nosotros pero no solo somos irrespetuosos, soberbios y engreídos, sino que también somos sucios, aunque esto es consecuencia de la irrespetuosidad; total… el barrendero después barre, para algo le pagan…
Recorriendo un poco conocimos el Mercado de las Brujas, donde se vende todo tipo de tónicos y artículos para hechizos y brujerías. Suena un tanto loco, pero allí las mismas brujas son las que nos recomiendan tónicos del amor, otros para el trabajo, para ahuyentar malas ondas, y si de hechizos se trata los fósiles de llamas y fetos disecados están a la orden del día.Así entre bocinazos, aglomeraciones y brujerías pasaron nuestros días en la capital boliviana. Una ciudad que muy a pesar de su caos da ganas de recorrerla y admirarla. Un lugar sin paz en la locura de su cotidianidad pero si en su cultura y costumbres. Eso es
Emi; muy buena la pagina, de las mejores que visite, seguí adelante. La próxima, hacemos la ROUTE 66, Nosotros en la Harley y Garci and Masini con la ambulancia, besossss El Tío
Oye chico;
Nunca pensé que en La Paz era tan conflictivo el transito. Estupendo tu sitio, muy útil.
Pancho Núñez de Villavicencio
LA HABANA CUBA
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