Entre Amigos...
Generalmente los días tienen 24hs, y cualquiera me dirá “porque generalmente?”. Simplemente porque cuando uno viaja y los horarios entre países son diferentes, los días suelen acortarse o alargarse dependiendo el huso horario. De esta manera debido a las dos horas de diferencia entre Perú y Chile, mi primer día en el país trasandino tuvo 22hs. Entraba ya en la recta final del viaje, en la yapa, ya que Chile entro en los planes solo por una cuestión de escalas del vuelo de vuelta desde Lima, pero no por eso generaba menos expectativas.
Así sin dormir prácticamente nada en el avión, llegue a Santiago y con apenas una fotocopia de un mapa de la ciudad, salí a recorrer sus calles. Empezando por
Baje del cerro y volví al hostel. Era la primera vez que sentía verdadero cansancio. El fervor del viaje me hizo olvidar casi todos los días de esta sensación y jamás sentí la necesidad de descansar como ese día en Santiago. Quizás el sentir que todos los grandes objetivos del viaje estaban cumplidos me hizo volver a la realidad y perder un poco la adrenalina del día a día. Todo el cansancio acumulado de 30 días viajando se desplomo en un sueño de casi 15hs ininterrumpidas que me llevaron, ya con las fuerzas renovadas, nuevamente a un micro con destino a Viña del Mar.
Viña es una ciudad costera por excelencia, así como Mar del Plata y Punta del Este sobre el Atlántico, Viña del Mar lo es sobre el Pacifico. Con mucha vida nocturna, playas, casinos, restaurantes, es la ciudad elegida para las vacaciones de cientos de chilenos y argentinos cercanos a la cordillera. Contrario a la mayoría, yo no me hospedaba en un cinco estrellas, pero mi hostel tenia algo que lo hacia especial y mejor que cualquiera; muy buena gente. Ahí conocí a Xime y Vivi, dos amigas de Santiago; Danny, un ingles que estaba dando la vuelta al mundo; Taylor, un americano con síntomas de escritor; Rachel, una canadiense que estudiaba en Buenos Aires, y Gaby y Damian, dos primos argentinos de vacaciones en Chile. Con ellos pasamos momentos muy buenos tanto en el hostel como afuera de el. Xime y Vivi nos llevaron en su camioneta a conocer la noche de Valparaíso y de Viña; intercambios de libros con Taylor y de anécdotas del mundo con Danny; y con Damian y Gaby hasta nos dimos el gusto de anotarnos en un campeonato de futbol de playa junto con dos heladeros que trabajaban por la costa. Por esa misma costa que una tarde me encontré a Elvis Jr. Este mítico personaje conocido por muchos chilenos y hasta famoso en youtube, es un indigente que anda por las calles con su carro, y con su batería improvisada con tachos ollas y algún que otro platillo, nos ofrece sus excéntricas versiones de Elvis a cambio de alguna que otra moneda.
No se si Viña del Mar lo tiene todo o no. No se si tiene la mejor noche o las mejores playas, pero sin dudas tuvo la unión de un grupo de gente en un determinado momento y un determinado lugar que me hizo pasar unos días increíbles repletos de amistad viajera; esa amistad que solo se da en un hostel…
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