On The Rocks
Este glaciar es uno de los pocos en el mundo que en su lucha contra el calentamiento global todavía no se rinde, no dejando a este fenómeno hacerlo retroceder. Crece a una velocidad promedio de 2 mts por día, los cuales vuelven a precipitarse al lago en aproximadamente la misma cantidad con lo cual se mantiene estable en forma y tamaño. Con un frente de
Lamentablemente no había ruptura posible en estos días, pero si estaba la posibilidad de realizar una expedición hacia el centro del glaciar, ingresando por uno de sus lados y caminando sobre el durante unas 3 o 4 Hs. Esta claro que no me perdería esta oportunidad y así después de navegar unos minutos y cruzar el Brazo Rico, desembarcamos sobre el lado sur para iniciar la caminata. Luego de aproximadamente una hora, los guías repartieron los crampones (bases metálicas con filosas puntas que se amarran debajo del calzado), elementos indispensables para caminar sobre el hielo. Ya con todo listo nos adentramos en el universo frío y blanco y en una fila ordenada y precisa iniciamos el camino hacia el interior del macizo. La sensación es increíble; muy a pesar de la incomodidad de los crampones y la forma en la que hay que caminar, las imágenes y las siluetas son inimaginables a nuestro alrededor. La superficie del glaciar no es para nada algo uniforme y estamos en constante ascenso y descenso de lomadas, por momentos rodeando grandes fosos y sumideros de más de 60 Mts. de profundidad, pasando por lagunas surrealistas y filosas grietas dignas de
Luego de un almuerzo sobre el mismo hielo, comenzamos el retorno, bastante cansador y con mas de una ampolla en los pies. Los crampones que reparten para los turistas no son para nada perfectos ni profesionales (como si lo son los de los guías) y hay que estar reajustándolos constantemente y cuidando de que estos no nos jueguen una mala pasada. Cerca del atardecer estábamos nuevamente en tierra firme, esperando llegar rápidamente al hostal para un baño caliente y descansar los pies de bastante esfuerzo y maltrato. A pesar de habernos sacado los crampones hace más de una hora, todavía la sensación de su amarre permanece y hay que mirarse los pies cada tanto para ver que ya dejaron de estar ahí. Sin embargo, la paz que emanan este tipo de lugares, dejan a uno completo, lleno, absoluto. Lugares que pueden ser contados o vistos en fotos, pero el impacto real solo se da cuando estamos presentes frente a ellos. Lugares dignos del surrealismo puesto en evidencia. Un surrealismo real...