Entre Valles y Cóndores
Decidirme a hacer el Camino Inca no fue nada fácil. En realidad la decisión estaba, y también las ganas, después de que muchos viajeros me dijeran que era algo que no debería dejar de hacer, pero mi dificultad para elegir era otra. Mi compañero de viaje no quería hacer lo mismo que yo, no quería caminar cuatro días por la montaña, sino que prefería llegar a Machu Picchu en tren. Esto significaba que deberíamos separarnos, al menos por un tiempo considerable. A esto lo veía como un abandono, como un acto egoísta, pero fue el mismo Marcelo quien con dos o tres palabras me simplifico las dudas. “No sabes si vas a volver acá, hacelo, no te quedes con las ganas, viajas por placer y no deberías obligarte a hacer algo que no quieras, y menos a dejar de hacer algo que queres…”
Con esas pocas palabras me convenció, me di cuenta de que no estaba “abandonando” al compañero, sino dejándolo ser, dejándolo construir su propio camino. De esta forma saque mi ticket para el Camino Inca, pero aun quedaba un detalle por solucionar… No había lugar en ningún grupo sino hasta dentro de seis días, por lo tanto el tema era: que hacer esos seis días. Allí fue cuando recordando lugares que había visto mientras preparaba mi itinerario, pensé en Arequipa y el Cañón del Colca. El tiempo me alcanzaba, y hasta me sobraba para a la vuelta pasar por Nazca y sobrevolar sus líneas. Así fue que esa misma noche tome un bus hacia la segunda ciudad mas poblada del Perú.
Chivay esta rodeada de volcanes, por lo que de sus tierras emergen aguas termales, las cuales no fueron desaprovechadas por nosotros. A pesar de que hacia bastante frío, todos nos remojamos en sus piletas naturalmente climatizadas, para luego ir a cenar a un pequeño restaurante de comida típica, donde también disfrutamos de bailes folklóricos de la zona.
Luego de la cena, con dos chicas australianas decidimos ir a tomar algo a algún bar. Las calles del pueblo no tenían luces, y con linternas lo recorrimos casi completo para encontrar uno. Así cuando estábamos a punto de rendirnos leímos un pequeño letrero enfrente de
Nos despertaron a las 5:00 am. y luego del desayuno comenzaba nuestro nuevo ascenso; ahora hacia
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