7 de julio de 2010

Espichadisimo

Hablar de una fiesta que dura 10 días no es poca cosa y menos aun si esta se realiza en Córdoba, capital del buen humor y la alegría, y donde la protagonista de la jornada no es mas que una ancestral bebida alcohólica a base de lúpulo, cebada y malta: la cerveza. Como en Munich desde el año 1810, aquí en Villa General Belgrano se celebra el Oktoberfest desde hace ya más de 50 años. Todo el pueblo se prepara para lo que es “su” fiesta y claro esta después de conocerla... podemos decir que es LA FIESTA!!

Llegamos a la Villa temprano en la mañana y luego de con muchísima suerte conseguir lugar en un camping procedimos a armar nuestra carpa, prestada por un amigo. Esta era completamente nueva, incluso en su caja sin abrir, pero al comenzar a armarla nos dimos cuenta que no tenia el sobretecho impermeable… Y ahora? A buscar un corralón de materiales y comprar nylon, sisi, nuestra carpa tapada en nylon parecía más el toldo improvisado de algún vagabundo porteño a lo que debería parecerse... una carpa. De lo que no quedan dudas es que era única y fácilmente reconocible, digo en caso de volver un tanto mareado de la fiesta luego de un día cervecero, era imposible equivocarse de carpa. Implorando a Zeus, dios del cielo que tenga compasión con una posible lluvia, salimos directo hacia las calles en busca del predio y el comienzo de la fiesta.OKTOBERFEST

Cerca de las 11:00hs y encabezado por el Monje Negro comienza el desfile por las calles de todas las colectividades con sus trajes típicos, orquestas y cantos, donde se entremezclan las mascotas de la fiesta y la Reina Nacional de la Cerveza, la cual ya había sido elegida en los días previos a nuestra llegada. Así delegaciones de Alemania, Dinamarca, Escocia, España, Yugoslavia, Grecia, Italia, Armenia y Ucrania entre otras, van ingresando al Parque Cervecero y haciendo su entrada al escenario principal para que a las 12:00hs del mediodía con ya todas las comunidades en escena realizar el acto mas esperado por la muchedumbre; el Espiche. Este consiste en la apertura de un barril de cerveza de la cosecha del año anterior, previo agite del mismo, lo que hace que su apertura luego de una cuenta hasta diez en Alemán, sea una explosión cervezal sobre la cabeza de cientos de personas que se abarrotan frente al escenario con sus chopps en alto. Así repartiendo cerveza del barril, la cual beberla debería según la tradición traer suerte, se da por comenzada la fiesta y la locura del día.

Lo que sigue en el escenario es un constante subir y bajar de las delegaciones, las cuales individualmente ofrecen su música y sus bailes al público presente. En el predio mas de una decena de cervecerías ofrecen sus mas variados productos, los cuales se venden solo a modo draft (tirada), para lo cual cada uno debe tener su propio chopp, los cuales se consiguen en cualquier negocio de la Villa. Los hay de cerámica, vidrio, madera, de 200cc, 500cc y hasta de 1lt de capacidad y suelen ser acompañados de una faja al estilo presidencial, la cual uno se la cuelga de su hombro cruzándole el pecho y en su parte inferior se engancha el mencionado recipiente. Así como si se tratase de un rifle para un soldado, uno siempre tiene listo su chopp para una recarga y un brindis con quien sea que se cruce en el camino. Pero no todo es cerveza en el Oktober ya que al otro lado del predio se levantan distintos puestos de comidas tradicionales alemanas donde podemos encontrar las famosas salchichas con chucrut, las Frankfurt y el delicioso y conocido leber-wurst; y a la hora del los dulces, tortas como el apfelstrudel y la selva negra hacen del deleite de toda la gente.CERVEZA GRATIS

Así, con los vasos cachados de un centenar de brindis y los árboles del predio duplicándose ante nuestra mirada borrosa, llega la noche y se termina la fiesta en el predio, pero no así en la Villa. Varias discotecas e incluso los campings con fiestas organizadas por los propios visitantes siguen de pie con la música bien alta y los ánimos exaltados hasta la salida del sol por la mañana del día siguiente. Nada detiene la fiesta, ni siquiera la lluvia ante la ignorancia de Zeus ante nuestro pedido, hizo que calmaran los ánimos de nadie.

El Oktoberfest es sin dudas una de las mejores fiestas a la cual pueda uno asistir. Es una conjunción de variedad étnica y cultural que abarca desde la gastronomía hasta la música y las artes, donde la principal protagonista es la alegría y la diversión sin fin de mas de 50 mil personas que cada año se acercan a este pueblo de la serranía cordobesa para darle vida y llevarse a cambio algo totalmente impagable: una sonrisa que perdurara por varios días.





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