29 de julio de 2009

El Reino Encantado de Iruya

Cuando te dicen que un viaje de 60 Km. te va a llevar al menos 3 horas, ya imaginas que el camino va a ser duro, y más aun al ver el micro de la empresa Mendoza, la única que realiza este trayecto desde Humahuaca. Un colectivo color azul similar a los de línea que había en Buenos Aires unos años atrás, pero con portaequipajes para los bultos de sus viajantes. Lo que venia no iba a ser justamente el viaje mas cómodo, pero luego de recorrer los primeros kilómetros, las imágenes que aparecían a través de las ventanas del micro compensaban el sufrimiento.

MICRO A IRUYA

Los cambios en los paisajes eran casi instantáneos. Abundan los áridos grises y sus grandes cactus, dando la sensación de que en cualquier momento pasara a nuestro lado el correcaminos perseguido por el coyote arriba de algún tipo de torpedo marca Acme. Pero así de rápido el micro sale de una curva y todo se torna verde con muchas rocas de un color blanco con manchas grises. Hasta llegar al punto mas alto del viaje: el “Abra del Cóndor”, que con sus 4000 m.s.n.m. sirve de limite natural entre las provincias de Salta y Jujuy. Y desde allí comenzar a descender, dejando esos verdes y dando lugar a los sienas en todos sus tonos. Altísimas paredes formando increíbles cañadones y grandes cuevas y cavernas le sirven de encause a varios ríos que corren a nuestros lados. Por momentos las nubes muy bajas (o nosotros muy alto) hacen que nuestra visibilidad sea casi nula.

El micro va tocando bocina a cada curva y cruzando infinidad de quebradas. Pero dejándome llevar por el paisaje y su belleza, deje de lado un detalle no menor: llueve bastante y el camino suele cortarse debido a estas inclemencias. Esperemos no tener que extender nuestra estadía en el pueblo por más de lo estipulado.

Hasta que por fin, entre curvas y montañas, como por arte de magia aparece la iglesia amarilla que tantas veces vimos en fotos, postales y hasta en almanaques.

IRUYA

Magia… eso es lo que hay en Iruya. Un pueblo que parece perdido entre montañas, aislado de todo, con calles empedradas que suben las laderas, casas de adobe y su infinito entorno.

Luego de sacar el pasaje de vuelta para esa misma tarde, comenzamos a subir por la calle de la iglesia. Por momentos se hace difícil por el agua que corre, debido a las fuertes pendientes y la intensa lluvia que cada vez preocupa más; preocupación que desaparece con solo contemplar nuestro alrededor.

Al llegar al final de la calle seguí subiendo hacia el cementerio y luego al mirador. Desde allí, un crucifijo blanco parecía custodiar el pueblo y la tranquilidad de todo el lugar. Por momentos da la sensación de que las casas existiesen desde antes que las montañas, y que estas crecieron a sus lados dejándole el lugar a Iruya.

Salio el sol, y después de almorzar y conocer la iglesia por dentro, volvimos a subir al cansador micro de Don Mendoza. Esta vez era uno verde, más viejo, con varias ventanas rotas y un humear de sus escapes que parecía pedir un mecánico urgente.

Así dejamos Iruya un pueblo encantado donde las agujas de sus relojes parecen haberse detenido hace mucho tiempo atrás…


25 de julio de 2009

Hostel

Yo nunca había dormido en un hostel, hostal, o albergue, y debo decir que aparte de la incertidumbre de no saber con que me iba a encontrar también había cierto temor a que no sea de mi agrado. A veces la ignorancia de uno hace que opine o se cree una imagen de cosas que no conoce. Pero la ignorancia no es no conocer, sino opinar de lo desconocido.

El Andaluz era un hostel pequeño, con la arquitectura similar a la de los antiguos conventillos. Un patio central de baldosas rojizas y alero de chapa era el punto de reunión para los huéspedes que ocupaban las habitaciones que lo rodeaban. Estas de techos muy elevados y con puertas de blancos postigos y banderolas.

Teniendo en cuenta que a principios del Sigo XX los conventillos fueron casa de muchos inmigrantes recién llegados al país, donde se mezclaba gente de todos los idiomas y nacionalidades, creo que El Andaluz de alguna manera mantenía esa esencia mezclando culturas y dándoles también refugio a los viajeros de este nuevo Siglo.

Porque eso es un hostel. Es un lugar donde los viajeros no solo se detienen a descansar y a pasar la noche, sino también a conocer nuevas personas, a mezclarse con sus culturas y a sentirse acompañado. Muchas veces una charla en uno de estos sitios puede significar cambiar de rumbo en un viaje, o crear amistades que la distancia no separara.

Entre algunos neozelandeses, argentinos y españoles, conocimos a Eva. Una alemana con la cual mantuvimos una extensa charla cerveza “Salta” de por medio. Nos contó que estaba en Argentina por una pasantía, estudiando ciencias políticas en Buenos Aires (algo un tanto utópico) y debido a las vacaciones, estaba aprovechando para conocer un poco mas de Sudamérica. Su próximo destino era Cusco y su mayor curiosidad; el mate. Aunque a nosotros nos sea común en otras culturas es algo muy raro que llama mucho la atención. Así fue que intercambiamos el “¿como cebar un mate?” por “¿como armar un cigarrillo?”, además de enseñarle mas de un vocablo bien argento.

EVA

Así paso el tiempo y después de despedirnos de Eva nos dejamos llevar por el sueño. Y así también había pasado mi primer estadía en un hostel, un refugio donde nunca te sentirás solo, por mas que te encuentres en el lugar mas inhóspito del planeta.


23 de julio de 2009

La Verdadera Libertad

El 2 de Enero de 2008 por fin luego de tantos preparativos comenzaba la gran aventura. Las expectativas eran enormes y lo que mas me movilizaba era la incertidumbre de saber como seria sentir la verdadera sensación de Libertad.

Pero… ¿Cual es la Verdadera Libertad?VOLAR...
Pensando un poco creo que solo los animales gozan de ella, donde no existen las obligaciones, el dinero, los documentos, pasaportes, títulos, ni la burocracia de los gobiernos.; donde todo depende de ellos mismos.

Pero cuidado!! Quizás algún envidioso de su condición tenga ganas de encerrarlos en un zoológico, diciendo “preservar especies” cuando los únicos que extinguen razas somos nosotros; o de mostrarlos haciendo ridiculeces en un circo, cuando los chicos podrían divertirse con muchas otras cosas y no viendo un animal disminuido ante un domador. Ni hablar de quienes demuestran grandeza colgando la cabeza disecada de un alce sobre el hogar de su casa o los que encierran pájaros para escuchar su canto, sin saber que no hace falta el encierro para que lo hagan, solo basta con abrir la ventana y escucharlos cantar desde la copa de un árbol.

Todo esto me hace pensar que la Verdadera Libertad no existe, pero alguien me dijo que lo mas cercano a ella, es el vagar por el mundo… sin rumbo alguno… solo con la condición de la aventura de conocer nuevas tierras, nuevas razas, costumbres y gente que no por ser de otras culturas son diferentes a nosotros.

Con todas estas cosas en la cabeza y completamente lanzado a la aventura llegue a Salta. Mi viaje al fin estaba en marcha y todo lo que tenía por delante era un mundo nuevo por explorar…

21 de julio de 2009

Mi Primer Viaje

Allá por Julio de 2007 me di cuenta que justamente ponerme en movimiento era lo que necesitaba. Varias paginas y foros de viajeros me inspiraban a realizar mi primer viaje, así como también el hecho de leer e interesarme bastante en la vida de Ernesto Guevara de la Serna, y no lo nombro como “El Che” porque no fue su vida revolucionaria lo que mas me intereso, (al menos en un principio) sino su parte aventurera, sus primeros viajes por America Latina, esos que mas adelante lo transformarían en El Comandante.

La ruta a seguir; la más transitada de Sudamérica: atravesar Bolivia para llegar a la Ciudad Sagrada de los Incas, pero teniendo en cuenta varios lugares que a mi parecer era imprescindible no pasar por alto. El Salar de Uyuni, el mas grande salitral del mundo; bajar el Camino de la Muerte desde La Paz a Coroico, plena selva yunga boliviana, el Lago Titi-Caca, y por ultimo una obviedad y el coronamiento del viaje…… Macchu Picchu.


Tenia las ganas… tenia la decisión… tenia la ruta… solo faltaba un compañero de viaje y no es que me molestara viajar solo, pero al ser mi primer experiencia de mochila quería compartirlo con alguien. Y esas cosas que te da la vida que algunos llaman casualidades y que yo prefiero denominar respuestas; respuesta a una necesidad que uno tiene... me hizo cruzar con Marcelo, una persona que tiene mucho que ver con mi espíritu de aventura. Para mí, siendo mi primer viaje, el era un Marco polo… un Gulliver… en esas largas charlas de chat, cada lugar que nombraba, este muchacho ya lo había visitado en alguno de sus viajes previos. Pero lo mas raro es que una persona que conocía tanto el planeta, lejos de ser soberbio acepto unirse a mi viaje, y digo “mi viaje” porque no me quiso modificar nada, sino solo unirse a viajar juntos. Podría hablar mucho mas del “Cabeza” (como nos llamamos habitualmente) pero algunas cosas me las guardo y otras ya tendrán lugar en mas de una anécdota.

Por fin tenía todo, ahora si podía decir que solo restaba ponerme literalmente EN MOVIMIENTO…


20 de julio de 2009

En Movimiento...

Se puede vivir una larga vida sin aprender nada, se puede durar sobre la tierra sin agregar ni cambiar una pincelada de paisaje; se puede simplemente no estar muerto sin estar tampoco vivo.
Basta con no amar, nunca, a nada, a nadie. Es la única receta infalible para no sufrir.
Yo aposté mi vida a todo lo contrario.
Y hacía muchos años que definitivamente había dejado de importarme si lo perdido era más que lo ganado.
Creía que ya estabamos a mano, el mundo y yo, ahora que ninguno de los dos respetaba mucho al otro. Pero un día descubrí que todavía podía hacer algo para estar completamente vivo, antes de estar definitivamente muerto.
Entonces me puse en movimiento…





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