21 de septiembre de 2009

Cuanto Valen U$S 100?

Para llegar a la Isla del Sol, la más grande del Lago Titicaca, es necesario navegar en lancha desde Copacabana. Nosotros tomamos una para aproximadamente 40 personas, donde la mitad viajaban adentro y el resto afuera, en lo que seria el techo de la embarcación. Nosotros íbamos afuera, abrigados hasta las narices por un frío que se agravaba al introducirnos más en el lago. Entre toda la gente súper arropada, había un australiano en musculosa, shorts y ojotas. Un pasajero le ofreció una campera, y ahí fue cuando nos explico que había apostado U$S 100 con sus amigos a que llegaría a la Isla vestido de esa manera. Una apuesta exagerada… Yo por U$S 100 creo que hubiese ido nadando, jaja!! Mas pensando que con ese dinero podría vivir casi una semana en Bolivia. Así luego de poco más de una hora llegamos a la zona norte de la Isla del Sol.ISALA DEL SOLSegún la leyenda Inca, miles de años atrás nacieron en este lugar, los dos primeros Incas, Manco Kapac y Mama Okllo hijos del sol, y fueron ellos quienes crearon el imperio Inca, convirtiéndose así en la cuna incaica y el lugar donde se llevaban a cabo las ceremonias religiosas más importantes. Allí construyeron la Chincana, más conocida como “el laberinto”, donde no solo realizaban ceremonias religiosas, sino que también escondían el oro de posibles robos. Todas estas historias, construcciones y vestigios de un pasado incaico sin dudas abarcaba la atención de la mayoría de los turistas, pero en mi caso había otra cosa que hacia que apenas escuchase las explicaciones de los guías; el paisaje.

Por suerte el sol había salido, y al subir a la parte alta de la isla las postales eran increíbles. El lago tiene un color azul pleno que es difícil de encontrar en otro espejo de agua que no sea este sagrado lago a más de 3800 m.s.n.m. Si miramos hacia el oeste podemos ver en el horizonte la cordillera de los andes, y hacia el norte, aunque lejano… Perú. Así comenzamos a cruzar la Isla de norte a sur, para llegar a la comunidad de Yumani, donde pasaríamos la noche. La caminata fue mas que cansadora, pensando que venimos desde el puerto norte, subir hasta la cima y luego atravesarla nos llevo casi 5 hs, pero sin dudas el paisaje valio la pena.DE NORTE A SURYa en la zona sur nos hospedamos en Intiwat’a, atendido por su dueña; Sonia, una chola de 26 años, quien no solo atendía el hostel, sino también el restaurante y su pequeña tienda de ventas de souvenirs de la isla. Entre algunas charlas me contó que sus padres eran aymaras y que su madre la dio a luz en su casa en la isla misma donde no hay un hospital, un medico, ni mucho menos; solo curanderos y chamanes. Quise saber porque nadie la ayudaba en el hostal y me explico que tenía dos hermanas, pero que ellas eran “señoritas” y vivían en La Paz.¿Señoritas?” le pregunte, y un tanto avergonzada me contó que no eran como ella, que no continuaban con la tradición de su familia, sino que se vestían normal, no de chola y estudiaban en la universidad de La Paz. Ella sin embargo trabajaba felizmente en su hostal. Acomodaba las habitaciones, preparaba la comida, atendía el negocio. Todas las mañanas subía el agua al tanque a mano en baldes ya que no tenían bomba, luego limpiaba las habitaciones y cocinaba, y en invierno cuando hay menos flujo de turistas se dedica a tejer sus pulloveres e increíbles tapices para luego vender en el verano.

Mientras charlábamos paso el australiano a gastar los U$S 100 que había ganado en la apuesta. Compro unos guantes, unas medias y siguió camino. Que utópico como todo cambia según el lado que queramos observar. Sonia trabajando sola, haciendo cosas tanto de mujer como de hombre y cobrando Bs 15 (U$S 2,20) la noche, y el australiano ganando U$S 100 solo por aguantarse una hora y media de un poco de frío cuando en la Isla mas de uno de sus habitantes pagarían por no tenerlo en las heladas noches de invierno…

¿Cuanto valen entonces esos U$S 100? ¿Valen una noche en un hotel 5 estrellas o valen 45 noches de hospedaje en lo de Sonia? ¿Valen la hora y media de frío del australiano o las eternas y congelantes noches de invierno en la isla para sus habitantes más pobres? ¿Valen una estupida apuesta o la realidad de la pobreza mundial?

Ojala valiese U$S 100 pasar un rato de frío… Aunque no se si alcanzaría del dinero para pagar a los millones de personas que pasan frío en el mundo…


13 de septiembre de 2009

Conociendo a Wasquino

Los sábados y domingos son días de peregrinación y bendiciones en Copacabana. Cientos de bolivianos y peruanos atraviesan el estrecho de Tikina para llegar a su iglesia de más de 360 años, para recibir la bendición del cura, tanto a las personas como a los vehículos. Como hace siglos el Inca Mayor realizaba sacrificios en el Templo del Sol, hoy el sacerdote rocía con agua bendita a cuanta persona ande cerca. Pero un tanto más raro es ver “chayar” a un auto. Estos son decorados con coloridas guirnaldas y además recibir de la bendición del cura, sus dueños tiran cohetes, se sacan fotos y los rocían con cerveza. También suelen hacer buches y escupir al suelo como ofrenda a la Pachamama. Así luego de recibir mi bendición entre algunas personas, bajamos hacia el bonito puerto. COSTA DE COPACABANALuego de disfrutar de una exquisita trucha a la manteca, decidí ponerme a buscar a una persona que según lo que había leído aun estaba trabajando en las costas de Copacabana. No sabía su nombre, pero tenia un dato importante. Estaba buscando al botero que hace mas de 50 años había llevado al Che Guevara hasta la Isla del Sol a remo junto a su amigo Calica Ferrer.

-Ahhh!! Wasquino!! Claro, es aquel que esta arriba de aquel bote – me respondió uno de los boteros.

Así rápidamente me acerque al anciano.

- Disculpe, ¿usted es Wasquino?

- Claro, ¿quiere un paseo en bote? – me respondió.

- No no, quería saber si usted es quien lo llevo de paseo al Che Guevara cuando el estuvo aquí en uno de sus viajes.

Me miro un tanto confuso y pensativo y respondo:

- Ahhh siiii!!! Ernestito!!!

Era el. WASQUINOSu nombre era Pedro Condori, y ya con 79 años seguía trabajando de la misma manera que aquel día en el que en medio de una tormenta casi mueren regresando de noche desde la Isla del Sol. Le pedí una foto y mi felicidad era enorme. Suena un poco tonto, era solo un anciano que trabajaba como los demás y nadie lo diferenciaba entre otros, pero saludar a alguien que haya compartido algo en vida con el Che, me causo una sensación extraña.

Mientras intentaba imaginar como habría sido aquel viaje, aquel momento, Wasquino subió a su bote y se alejo en la inmensidad del lago con algunos turistas europeos. Turistas que sin darse cuenta fueron guiados de paseo por el lago Titicaca por el mismo hombre que hace mas de 50 años llevo al Che.


6 de septiembre de 2009

Descenso Mortal

Hace algún tiempo recibí, como muchos, un mail con el titulo de Death Route in Bolivia. Básicamente eran fotos de un camino de montaña muy pero muy estrecho, que descendía hasta internarse en una profundísima selva. Por él se veían transitar no solo autos y camionetas, sino también grandes camiones donde a uno le parecía que estos colgasen de los cerros ya que eran hasta en partes más anchos que el propio sendero. Me causo tanta curiosidad que me puse a investigar un poco más y descubrí que esta era la única ruta que unía La Paz con Coroico, un pueblo en medio de la yunga boliviana. Debido al gran número de muertes anuales que acechaban estos caminos (el nivel más alto en el mundo), el gobierno boliviano construyo uno paralelo al cual llaman Camino Nuevo. Este es asfaltado, mucho mas ancho, con guailrails, bien marcado y por lo tanto muchísimo menos peligroso. De esta manera el Camino de la Muerte paso a ser solo una ruta turística donde junto a un guía, se desciende en mountain bike desde La Cumbre (el punto mas alto a 4670 m.s.n.m.) hasta Yolosa (el punto mas bajo a 1120 m.s.n.m.) para luego en una camioneta recorrer los últimos kilómetros hasta llegar a Coroico. Así casi por casualidad el Camino de la Muerte y Coroico se transformaron junto al Salar de Uyuni y Machu Picchu en uno de los tres puntos imprescindibles de mi itinerario.MUY ESTRECHOEra el décimo día viajando cuando por fin el momento adrenalinico había llegado. Después de un buen desayuno nos subimos a una combi la cual sobre el techo llevaba las bicicletas de todos los que haríamos el descenso. Luego de unas dos horas de viaje, el chofer detiene la camioneta en la banquina y todo se alista para la aventura. Eddy y Víctor (los guías), reparten cascos, guantes, pantalones y camperas, como así también la mountain bike de cada uno. Luego de algunas explicaciones del manejo que llevaríamos en el grupo y de cómo tomar precauciones en la montaña, las ruedas de mi bicicleta al fin comenzaron a girar. El primer trayecto es sobre una ruta ancha, de asfalto y bien marcada. Suena aburrido, pero la pendiente es tan grande que la velocidad es increíble. Según el guía llegamos casi a los 80 Km/h, algo de lo que nunca dude ya que pasábamos camiones como si estos estuviesen detenidos. La Cumbre es el punto mas alto y el frío se torna doloroso, los dedos se congelan y para sumarle condimentos al asunto, llovía y por momentos bastante.

Después de unos 45 minutos comienza el verdadero Camino de la Muerte. Víctor iba adelante bastante rápido, un suizo lo seguía casi a rueda y yo que cuando la competencia me llama no se perder; a rueda del suizo. El paisaje era increíble. A nuestra derecha las laderas de las montañas súper verticales de un verde muy intenso le hacen de tobogán a caídas de agua que nos mojan las cabezas. A la izquierda el precipicio, la selva, la muerte. Son muchos los crucifijos y lapidas que hay a los costados del camino. A la falta de señalización, estos monolitos hacen que cada tanto volvamos a respetar la ruta ya que entre la adrenalina y la concentración en el manejo, por momentos uno pierde la noción de que el mas mínimo error nos puede llevar a convertirnos en uno mas de la estadística. CAMINO DE LA MUERTEDe a poco el frío de temperaturas muy cercanas a cero grados de La Cumbre comienza a cesar, y esto se debe a que estamos llegando al punto mas bajo del camino. Son casi 3600 Mts. los que descendimos y el clima tropical de la yunga, húmedo y caluroso se hace presente. Al fin en Yolosa y festejando que todos estábamos bien, volvimos a la combi para así llegar a Coroico, el paraíso. Allí nos esperaba el almuerzo en un hotel y un baño en la pileta del mismo para luego volver a la camioneta y así regresar a La Paz ahora por el camino nuevo.

Ahora si, luego de haber recorrido los 64 Km. del Camino de la Muerte, puedo decir, como dice en las remeras que venden en Bolivia; “I went down the most dangerous road in the World… and I survived” (“Descendí la ruta mas peligrosa del mundo… y sobreviví”)





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